miércoles, octubre 23, 2013

Good ol’ memories

Dejo aquí un texto (levemente corregido) que escribí en 2004, cuando era un tierno erasmus sin blog. Lo envié por correo a unos cuantos amigos. Ya va siendo hora de que vea la luz pública.

Hay historias que se tienen que contar, a pesar de que vayan en detrimento de uno mismo y se corra el riesgo de perder cualquier rastro de dignidad en la vida. Esta historia acaba de suceder hace escasa media hora, así que si me faltan las palabras perdonadme pero es que todavía sigo paralizado por los hechos. Os he elegido a vosotros para contaros la historia, bien porque sabréis apreciarla, o bien porque albergo la esperanza de que a pesar del relato no me quitaréis el saludo. Vamos a los hechos.

jueves, octubre 03, 2013

Nantes 6: Les dangers d’une politique nucléaire

Me quité aquella especie de traje de artificiero, hecho de un tejido que parecía papel albal y lo guardé dentro de la misma papelera de la que lo había sacado una hora antes. Por supuesto, antes me había asegurado de que efectivamente el contador geiger que tenía el traje integrado había cesado de hacer aquel horrible ruido. Puede que no confiara en aquel traje, pero al menos era mejor que nada.

Con eso podía dar por terminada la última misión absurda que me había sido encargada para observar el enésimo suceso absurdo e incomprensible de la región. Nadie diría, a priori, que Nantes es una región prolífica para los temas paranormales, pero también es cierto que el trabajo que estoy llevando a cabo aquí no lo había hecho antes. ¿Y si fuera así en todas partes? ¿Y si estuviéramos rodeados de sucesos paranormales… o mejor dicho absurdos, y no nos diéramos cuenta, y solamente una organización conspiranoica como Transparence se dedicara a analizarlos y registrarlos sin tener un propósito aparente? Por mucho que mi “trabajo” para Transparence se hubiera convertido en una parte habitual de mi vida, haciendo recados para ellos durante ya varios meses, no acababa de encontrarle sentido alguno. Y claro, sucesos como este tampoco ayudaban mucho que digamos.