martes, febrero 08, 2011

¿Qué hay al otro lado?

Cada vez es más notoria la influencia que Internet tiene sobre nuestras vidas. Además, ciertos acontecimientos acaecidos en las últimas dos semanas han puesto esta tendencia aún más de relieve, pero sospecho que no estamos comprendiendo hasta qué punto las vidas de ambos lados de la pantalla se interrelacionan hasta convertirse en una sola, y creo que se está menospreciando el impacto que los actos de cada lado tienen en el contrario. Veamos los hechos.

En España Internet nos sirve para comprobar que Bisbal es un bocachancla, que Nacho Vigalondo se acaba de jugar su futuro laboral por publicar un chiste en Twitter mientras estaba pedo y que Alex de la Iglesia ha pasado de liderar a los malos a liderar a los buenos en todo esto de la lucha Discográficas vs. El resto del mundo. Si cruzamos el Mediterráneo, vemos que el asunto va más allá y que esto del Internet se está utilizando para hacer… ¡revoluciones populares!

Para empezar, resulta que en este país, y muy en especial a nuestros famosos, les ha dado un arrebato irrefrenable, así, a todos a la vez, de confesarle al Twitter sus más íntimos pensamientos. Y claro, si mi padre decía que “no es lo mismo decir algo que ponerlo por escrito, hijo. Lo escrito no se borra”, qué decir entonces de una página en la que tienes decenas de miles de personas esperando a leerte al instante. No son ni uno ni dos los personajes de nuestra patria los que se la han jugado por ciento cuarenta caracteres de más, y como encima la gente ya se lo sabe,  millones de “usuarios anónimos” aguardan ansiosos el nuevo post de Patxi López o el último twitter de ese gran sabio de nuestro tiempo que es Alejandro Sanz.

Pero, ¿qué es esto de convertir en información relevante la última paja mental de Pérez-Reverte? ¿Esto es información? ¿Es útil? ¿Es siquiera divertido? La realidad es que me siento como si me estuviera bañando en el Cantábrico, y esperase con ansiedad la llegada de la ola, grande y  fuerte, tratando de evitar que tire de mí hacia dentro, pero justo pasa un instante y ya demasiado tarde para pensar en ella y regodearme en cómo la he esquivado: ya viene la siguiente.

Da la sensación de que vamos a terminar muertos por exceso de información, y además de información inútil.



Uno piensa entonces que alguien debe de estar debatiendo de forma seria acerca de cómo se relacionan nuestras vidas virtuales y reales, y ahí aparece, brillando en plena blogosfera y con la nariz roja como un payaso Álex de la Iglesia; éste nos va a salvar. No en vano, la comunidad de internautas ha conseguido que el aún Presidente de la Academia de Cine, uno de los principales protagonistas en el debate sobre los Derechos de Autor, se vaya a la calle por su síndrome de Estocolmo-twittero. ¿Pero qué ocurre aquí? Estamos metidos en un debate sobre el sentido de Internet, la posibilidad de legislarlo o de regularlo de alguna manera y cómo gestionar sus contenidos… en definitiva, estamos debatiendo sobre qué es Internet para nosotros, qué carajo queremos hacer con él y hasta dónde queremos usarlo, y todo esto lo queremos resolver en este país centrándonos solamente en el tema de los derechos de autor (el cual no quiero entrar a valorar ahora) y las descargas de contenidos.


Estamos pues, errando el tiro. No tiene sentido empezar a construir una casa poniendo la televisión encima de la mesa. En Internet están involucrados todos los actores que intervienen en la vida de este lado de la pantalla, ya que el otro lado no es sino un vehículo nuevo para los viajes de siempre. Y aunque no nos aplicamos el cuento y pasamos el día haciendo el chorras entre Forocoches y Taringa, bien que se nos calienta la boca a la hora de asegurar que del otro lado del Mediterráneo, el Internet este está haciendo la revolución; el solito, oiga.



Tras leerme las noticias que El País recopila bajo la etiqueta “Ola de cambio en el mundo árabe”, la idea que a uno le queda es la de que las revoluciones en los distintos países árabes se están produciendo gracias a Internet, e incluso debido a Internet. Entre todos esos artículos, no he encontrado ninguna mención expresa a los líderes instigadores de las revoluciones. El Baradei y Rached Ghannouchi no cuentan, ya que volvieron a Egipto y Túnez respectivamente después de que se iniciaran las revueltas (¿cómo era eso de a río revuelto…?), pero tampoco han sido los Hermanos Musulmanes egipcios, ni sindicatos, ni líderes religiosos, ni actores de cine, ni Bono. Según la prensa han sido los jóvenes, convocándose a través de Internet. Tanto ha sido así que en Egipto han llegado a cortar el acceso a la red como medida para disolver las revueltas. Muerto Internet se acabó la revolución, debieron pensar. Y se equivocaron.

¿Es Internet un instrumento revolucionario? ¿Hemos pasado de una foto de un tío con barba y boina mirando al infinito a millones de ordenadores conectados en red? Bueno, toca ser algo escépticos, algo tan simple no nos lo podemos creer. Suena demasiado fácil, y es una pena que todo un periódico, o incluso toda la prensa de un país, no sea capaz de profundizar más en una situación tan crítica: Túnez, Egipto, Yemen, Jordania, Marruecos… llevan sufriendo gobiernos totalitaristas durante décadas (todos ellos bendecidos por Occidente, que conste en acta), y el pueblo vive en condiciones miserables mientras que sus líderes viven como actores de Hollywood. Pero eso no nos mola. Eso no vende. Qué más nos da que los moritos se mueran de hambre y de ignorancia. Sólo nos preocupan dos cosas: que el islamismo no gane poder (ya se sabe, el islamismo es malo) y que el Twitter ayuda a hacer la revolución. Cualquier análisis que vaya más allá de esto parece aburrir a los medios de comunicación masivos.

Para arrojar un poco de luz sobre este asunto y alejar a los fantasmas de Polancos y PJ's, os recomiendo este artículo del recomendable blog Trending Topics (curiosamente también bajo el paraguas de El País), donde podemos leer opiniones más sensatas acerca del asunto, y pego este párrafo de un artículo de Manuel Castells publicado en La Vanguardia, que resume mejor de lo que yo pueda hacer la idea que subyace en todo esto:

Obviamente, no es la comunicación la que origina la revuelta. Esta tiene causas profundas en la miseria y la exclusión social de buena parte de la población, en la pantomima de democracia, en el oscurantismo informativo, en el encarcelamiento y tortura de miles de personas, en la transformación de todo un país en la finca de las familias Ben Ali y Trabelsi con el beneplácito de EE.UU., los países europeos y las dictaduras árabes. Pero sin esa nueva forma de comunicación la revolución tunecina no hubiera tenido las mismas características: su espontaneidad, la ausencia de líderes, el protagonismo de estudiantes y profesionales, junto con los políticos de la oposición y los sindicatos jugando un papel de apoyo cuando estaba el proceso en marcha.


Lo que no se puede poner en duda, es que bien sea frivolizando o aprovechando su capacidad instantánea de comunicación, Internet está cambiando nuestras vidas. Y no se trata de un mero juego de ordenador, o de un nuevo canal de televisión, es mucho más ambicioso. En el camino, cambiará nuestro concepto de imagen pública y el uso que cualquiera pueda hacer de ella. Además, tendremos que resolver el debate de cómo gestionar esa cantidad infinita de información que estamos guardando sin control ahí adentro, al otro lado de la pantalla, sin quedar demasiado alienados en el intento. Mejor será que, entre mensaje al twitter y "me gusta" en el facebook, reflexionemos un poco sobre ello.

5 comentarios:

CaesarHec dijo...

Que internet tiene un papel importante en nuestras vidas es evidente, sea para buscar trabajo, hablar con los amigos o tratar de derribar un régimen.

Pero lo que a mí me gustaría señalar es otro efecto de esta sociedad hipermegasuper tecnológica: está limitando nuestra capacidad de atención y profundidad intelectual. Todo tiene que limitase a un slogan, a ciento y pico caracteres. Hoy en día es imposible leerse un artículo largo, primero porque te cansas, segundo porque tienes doscientos enlaces, y después del cuarto ya no sabes ni de qué iba lo primero que estabas leyendo.

Estoy hasta los güevos de la multitarea y la cultura del link... yo ya noto sus efectos.

srcocodrilo dijo...

Aunque en parte lo entiendo como una crítica al post, no puedo más que estar de acuerdo.

De hecho, uno de los posibles finales del post fue enlazar este artículo (lo siento, más enlaces), bajo la sospecha de que la multitarea me estaba volviendo tonto e incapaz de comprender nada.

CaesarHec dijo...

jajaja qué va a ser una crítica al post!!

El que esté libre de enlaces que tire la primera piedra...Además que tú nos enlaces a diferentes periodistas, analistas, etc. no es sólo normal sino, además, de agradecer. Otra cosa es cuando estás leyendo a un gurú de la política internacional o un redactor de un diario de referencia y el tipo te ofrece un enlace por linea. Macho, si yes tan listu no me vayas metiendo toda la bibliografía por medio, ofreceme un discurso propio, con un poco de fondo, yo ya sé que las ideas no surgen de la nada y si me apetece rastrear tu genealogía intelectual, o buscar tu archienemigo ideológico, ya lo intentaré yo luego. Pero primero quiero saber que coño dices tú, porque sino acabo por sospechar que me quieres enredar de un lado para otro porque no tienes nada que ofrecer. Al final me haces saltar de página en página, de idea en idea, pero de forma superficial.

Volviendo a las revoluciones de los países árabes, tenía un profesor que cada vez que hablaba de la caida del bloque comunista soltaba la misma frase, no recuerdo el orden ni el periodo temporal que correspondía a cada país, pero la idea era algo así como Polonia cayó en un año, Hungria en un mes, Checoslovaquia en una semana y la RFA en un día.

Ahora es bastante parecido, pero mucho más inmediato. Eso es lo que permite internet: condensar los procesos. Pero no los genera. Si cuelgo mi perfil en una página de contactos y a las dos horas estoy jincando como un cabrón, además de un milagro, será un gran ganancia de tiempo. Nada de quedar a las 22h en Begoña, tomar algo por Cimata, estar ojo avizor de bar en bar, ir al Fomento por la mañana buscando alguna borracha, y acabar encontrando una tipa desayunando en el Maika que quiere lo mismo que yo y que se conforma conmigo.

Internet agiliza el proceso, pero les ganes de jincar ya las traía yo puestes. Pues con los deseos de justicia, libertad, etc, lo mismo. Digo yo.

Morvader dijo...

Antes de nada, estoy de acuerdo con que hoy en día nuestra capacidad de atención es muy reducida. Principalmente por varios motivos:
- La falta de tiempo: Mejor un titular, mejor algo de 140 caracteres que 1 página, mejor un vídeo que un texto, etc.
- Distracciones: links, banners que me mueven, videos que se despliegan al pasar el ratón, colores chillones
-Sobreeinformación: Internet nos da la capacidad de profundizar en un tema tanto como queramos solo con un click del ratón, nos abre un océano en el que es imposible llegar a la orilla. Siempre hay otro sitio a donde poder ir.

El blog que os pasé el otro día, se centra en intentar paliar todos estos problemas, siempre con la misma idea de fondo, evitar la multitarea y las distracciones.

Por otra parte, internet se basa en el protocolo HTTP (Hypertext transport protocol), es decir, enlazar en la esencia misma de internet, no se podría concebir la WWW sin links, sería otra cosa distinta. Si a alguien no le gusta ver enlaces, definitivamente, este no es su medio, debería volver al papel o el libro electrónico en su versión actual (sin links).

Otra cosa más, por norma general creo que cualquier frase que empiece con "Si yes tan listu..." no puede acabar bien. Hec tu argumento de los links roza la demagogia. Qué diferencia hay entre poner links y hacer referencias bibliográficas con subindices?. Yo me he leído capítulos de análisis políticos de Chomsky dónde las referencias tenían más texto que el propio artículo, eso sí, yo decidía cuales me leía, cuáles ojeaba por encima o cuáles directamente descartaba. Pero eso no quiere decir que Chomsky o quién sea, no tenga un discurso propio. La solución a lo que tú comentas es tan sencilla como no pulsar con el ratón.

Otra cosa, son las técnicas "SEO" y de reputación online, la cuál, es una medida indirecta de la gente que está enlazando, cuántos más y ,sobretodo, más importantes mejor. Nos guste o no, el beneficio en la red se mide en clicks de ratón, así que será difícil volver al texto plano.

CaesarHec dijo...

Moro, ya te lo dije ayer tomando una cerveza, y además ya hay otro post (mucho más interesante que este, vamos!!!!!!!) encima, pero no me resisto a contestarte.

La verdad, que después de 20 lineas de comentario te quedes con "si yes tan listu" da que pensar. Me hace pensar, por ejemplo, que eres como ese neñu que se enfocica toy porque nun sabe cortar la carne, pero cuando la madre la guisa y se la desmenuza hebra por hebra, entonces protesta.

Pero también me hace pensar que podía haberme explicado mejor, así que voy a intentarlo. Yo creo que una de las funciones más importantes de un expertos es la de catalizador de conocimientos, maneja un gran volumen de infromación sobre una materia, la jerarquiza y la sintetiza. Referenciar las fuentes es requisito de cualquier análisis serio (dímelo a mí, que debí tener como 200 notas al pie en la tesina al respeto de esto), pero si lo haces de tal forma que alejas el foco de la lectura yo creo que fracasas en el intento, que imagino tiene alguien que se sienta a escribir, de comunicación.

Es cierto que Chomski utiliza muchísimas nostas al pie, y el hay discusión al respecto en el mudo académico sobre el uso de las mismas. No obstante en internet es mucho más acusado, entre otras cosas por varias herramientas que ya tú señalaste. A pesar de ello, no es lo mismo un libro que un artículo, en intenet nos econtramos con artículos de extensió similar a los de los periódicos, pero trufados de links. Poadríamos no pinchar, hacer la lectura del tirón, es cierto, pero no lo hacemos. No es la forma en que nos relacionamos con el medio. ¿cuantas veces te has visto haciendo lecturas en diagonal de los enlaces? ¿avanzando en los videos para ver si eran interesantes? ¿no has acabado leyendo sobre un tema alejado de la fuente original? Esta forma de acceder a la infromación plantea ventajas, pero también serios inconvenientes.

Por último, en 1962 Nabokov escribió "Pálido Fuego", una novela que se presentaba como la edición póstuma comentada de un poema de 292 versos. El editor, el profesor Charles Kinbote, utiliza inumerables notas al pie para relacionar los versos con su propia vida y con la historia de su país, al punto que el foco narrativo está en la vida de Kinbote y no en el poema.

La vida tiene su sentido del humor, porque no mucho después apareció una conocida (y harto criticada) edición comentada de "Lolita" que estaba sembrada de comentarios y notas al pie, lo que dificultaba de forma supina la lectura.

Y es que cuando las referencias ponen trabas a la comunicación, dejan de tener sentido.